viernes, 3 de enero de 2014

Decoración de espátulas

Bueno, creo que no tengo demasiados seguidores fieles, pero los que sí lo seáis, comentar que la regularidad de la que estoy haciendo gala últimamente se debe a que durante las vacaciones redacté varios posts seguidos con cosas que habíamos ido haciendo durante los últimos meses, y en vez de publicar varios posts el mismo día, decidí que lo mejor era espaciarlos en el tiempo, y sacar un post nuevo cada semana.

Aprovechando que eso me deja un hueco hasta que se publiquen todos los posts, intentaré seguir publicando más cosas en el blog de manera más regular. No creo que sea capaz de sacar algo nuevo cada viernes, pero a ver si consigo sacar un nuevo post cada dos o tres viernes al menos.

Y bueno, dicho esto, paso al post en sí.

Si utilizáis espátulas de madera en la cocina es probable que os pase lo mismo que nos pasaba a nosotros. Lavamos las espátulas después de utilizarlas, y van con los cubiertos al escurridor. Esto parece bastante tonto, pero el caso es que en el escurridor siempre queda un poco de agua, y el culo de las espátulas queda húmedo durante bastante tiempo, con lo que empieza a ennegrecerse y a mostrar otros signos de humedad, además de que no es especialmente salubre ni bueno para la madera.

Buscando ideas por Pinterest nos encontramos con dos que nos gustaron para poner en práctica en las espátulas, y que además nos resolvían el problema de las humedades y sus consecuencias.

Lo que hicimos fue pintar los culos de las espátulas. Esto no tiene mucha ciencia. Se lijan las espátulas un poco, se marca con cinta hasta dónde queremos que llegue la pintura, y a dar capas. Lo mejor es buscar una pintura que se pegue bien a la madera y que la impermeabilice, aunque seguramente eso lo conseguiríamos también dando una mano de látex líquido, pero claro, no quedaría tan bonito.

Lo siguiente fue decorar la parte que no habíamos pintado con un pirograbador. Estoy seguro de que se pueden hacer cosas bastante más elaboradas que las que he hecho yo, pero como era la primera vez que utilizaba el aparato estoy bastante contento.


Y listo, unas espátulas a prueba de humedades, a juego con los colores de la cocina, y decoradas con diseños personalizados, además de darles una apariencia homogénea que no tenían, ya que estas espátulas tienen 4 orígenes diferentes.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Muro con canicas en Londres

Os dejo aquí con unas fotografías que sacamos de un muro que en principio parecía descuidado y anodino, y resultó tener un secreto escondido.

Os pongo en situación, estábamos Luisa y yo en Londres de viaje de novios, y como era de esperar hicimos una visita al mercadillo de Camden Town. Llegada cierta hora de la tarde decidimos volvernos al hotel, pero en lugar de utilizar el metro, preferimos variar e ir en autobús, para ir viendo un poco de paisaje, y en lugar de volver a pasar por el mogollón de gente decidimos dar un poco de rodeo e ir por calles menos transitadas, y allí nos encontramos con un muro de lo más curioso.

El muro de ladrillo, con restos de pintura, en apariencia descuidado tenía incrustadas un montón de canicas siguiendo líneas.

La apariencia es que alguien ha sacado una ametralladora de canicas y se ha liado a disparar contra el muro.

El detalle nos hizo mucha gracia, y cuando nos dimos cuenta de que las líneas de canicas hacían dibujos, decidí sacar unas cuantas fotos.
Como ya había poca luz y las fotos me estaban saliendo un poco movidas, puse el flash de la cámara, y el resultado fue este:




La idea es estupendísima, las fotos quedan súper simpáticas (aunque es complicado saber qué estás sacando en ellas, ya que sin el flash apenas se ven las canicas), y el hecho de que sea necesario una luz (por ejemplo la del flash) le da un aire de misterio tremendamente interesante.

Por último, os dejo con el enlace del StreetView de Google:


Visualizar o mapa ampliado

viernes, 20 de diciembre de 2013

Azucarillos personalizados

Esta es una de esas ideas que ves por internet y no puedes dejar de pensar "Qué original, esto tengo que probarlo". Seguro que os suena. También me suele pasar que acto seguido me planteo cosas como "¿Y me vale la pena gastar tanto tiempo/dinero en esta cosa?" o "¿Y cuando lo termine dónde lo meto?"

Pero para hacer los azucarillos no necesitamos demasiado tiempo, ni herramientas raras o costosas, y cuando tengáis invitados quedan súper originales.

Para hacerlos necesitaréis:

Azúcar. Esto es obvio. Yo utilicé azúcar blanco, por que es el que uso normalmente, pero no debería haber problema por utilizar azúcar moreno, si os gusta más la idea.

Agua. Muy poquita, la suficiente como para humedecer el azúcar.

Colorante alimentario. Podéis hacer vuestros azucarillos sin colorante, pero tener azucarillos en forma de corazón, y que sean rojos, gana puntos. Eso sí, tened en cuenta que si lo utilizáis para una manzanilla, os la dejará rosa.
 Yo utilizo colorante líquido. Compré un pack de tres colores, y para hacer más colores únicamente tengo que mezclar (azul+amarillo=verde). Supongo que también se podrá hacer con colorante en polvo, si lo disolvemos en el agua que le echaremos al azúcar.

Molde. En principio cualquier cosa vale. Lo ideal es que haga porciones pequeñas, para que se sequen más facilmente, y para no tener que echar un montón de azúcar de cada vez.
 Cada vez es más fácil encontrar moldes para bombones, con formas interesantes, y con un tamaño bastante aceptable.
Yo tuve la suerte de encontrarme con esto en una tienda Pórtico:

El proceso es tremendamente simple:

Echamos el azúcar en un recipiente (taza o similar), le echamos unas gotas de colorante, y una cucharadita de agua. Muy poca agua. Lo suficiente para que el azúcar esté humedo y se pegue, pero no la suficiente como para que se disuelva.

Echamos la mezcla en los moldes. No es necesario prensar ni nada, simplemente echar el azúcar húmedo hasta tapar los moldes completamente. Mejor si no quedan burbujas de aire dentro.

Y después de eso, dejar secar. Cuanta más agua le hayáis echado y cuanto más grandes sean los azucarillos, más tardarán en solidificarse. Dependiendo de la humedad ambiente pueden tardar unos días. Yo es que sencillamente aparté el molde a donde no me molestaba y me olvidé de él completamente. Cuando volví a verlo ya tenía los azucarillos listos.

Y con esto ya está todo el proceso listo. Desmoldamos los azucarillos, los guardamos en un bote, y los sacamos para impresionar a las visitas.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Velas para cumpleaños

Bufff, ya hacía un montón de tiempo que no publicaba nada.
No es que no hayamos estado haciendo cosas, pero no han sido muchas, y la mayoría han sido cosas pequeñas o que consideramos de poco interés. Algunas las publicaré igualmente para que quien quiera pueda aprovechar las ideas, aunque lo que vendría siendo el tutorial será bastante soso.

Antes de empezar con el tutorial voy a ponernos en situación. En mi familia coincidimos cuatro primos de cumpleaños en el mismo mes. Mi madre decidió que esto era una excusa perfecta para hacer comida familiar además de celebrar los cumpleaños, así que desde hace unos años, en octubre celebramos esta comida familiar/cumpleaños.

La cuestión es que como mi madre está ocupada con los preparativos de la comida, no siempre se acuerda de los preparativos del cumpleaños, y así pasó que para la primera reunión no teníamos velas para la tarta, y menos para cuatro personas.
 
Al año siguiente me encargó a mi comprar unas velas de estas que son números.
Personalmente no me gustan demasiado esas velas. Suelen estar demasiado pensadas para niños, así que en vez de coger velas de número o velas normales decidimos echar un ojo a ver qué encontrábamos que nos gustase.

Lo que encontramos fueron unas velas decorativas, bajitas y anchas, en una amplia variedad de colores. Al ser anchas y coloridas son bastante visibles y quedan bastante bien y como son bajitas no tienen esa pinta de cirios que tienen las velas altas.


Cuando estábamos pensando como poner números a las velas nos dimos cuenta de una cosa muy interesante. Las velas no son de color en su totalidad, si no que son blancas por dentro y tienen una capa color externa.
 
Se nos ocurrió que si rascábamos esa parte de color tendríamos una vela de color con un número en blanco.
No guardo fotos de ese primer experimento, pero a pesar de que la técnica no fue demasiado buena, las velas eran muy originales y tuvieron bastante éxito.
Al año siguiente ya teníamos claro que íbamos a usar las mismas velas, la duda era qué hacer con ellas.
 
Luisa se planteó qué se podía hacer con cuatro velas de colores distintos, y acabó pensando en el Pac-Man.
 
Hizo cuatro fantasmas de colores utilizando un pirograbador para fundir la cera de las velas para hacer las ondas la parte de abajo y los ojos, y para las pupilas utilizó dos abalorios pequeños que colocó con la cera aún caliente para que quedasen pegados.
También consiguió una vela en forma de bola amarilla a la que cortó un trozo para hacer el comecocos.
El resultado fue estupendo y tremendamente original y la verdad es que no fue demasiado complicado hacerlos.


Como las veces anteriores las velas habían sido tan chulas y originales, este año nos volvió a tocar hacer otras.
El caso es que Luisa estaba ocupada y yo me encontré con el problema de qué preparar este año que no palideciese al compararlo con lo del año pasado.

Decidí que tallar las velas podía ser una estupenda idea si conseguía hacerlo bien, así que el primer paso fue buscar una herramienta adecuada para tallar las velas.

Como la cera es en general bastante blanda y no tenía que hacer bajorrelieves ni escultura con ella me llegaba con hacer una herramienta simple que me permitiese hacer surcos. Estoy seguro de que hay un montón de herramientas estupendas para hacer estas cosas, pero encontrar una podría llegar a ser bastante complicado, así que decidí hacerme una yo mismo.

El primer paso fue recortar un trozo de lata de refresco. La chapa de la lata es fina, con lo que se corta sin problemas con unas tijeras, y se puede doblar también sin problemas.


La punta de la herramienta que necesitamos es un simple rectángulo acabado en ángulo, algo para hacer surcos.

La coloqué en un lápiz para tener un mango con el que trabajar. El resultado quedó así:

Lo siguiente fue buscar por internet unas cuantas imágenes que me gustasen. En un primer momento busqué motivos celtas buscando sobre todo cosas más o menos sencillas que fuese capaz de tallar luego. Encontré un motivo clásico de nudos y una mariposa que me gustaron. Después para mi hermano decidí variar, y busqué algo más tribal. La verdad es que hay un montón de imágenes con motivos para tatuajes que podrían funcionar bien para esto.

Bueno, lo primero es copiar el motivo. Yo utilicé papel de horno, que es resistente y medio translúcido, y sobre todo porque lo tenía a mano. Busqué las imágenes con la tablet, las amplié en la pantalla hasta que me gustó el tamaño y las calqué directamente poniendo encima el papel de horno. Todo muy rudimentario si quitamos el hecho de que utilicé una tablet.
Esta es la pinta que tenían las imágenes en el papel de horno.

Utilicé cinta aislante para pegar la plantilla a las velas. En concreto utilicé esta porque es muy mala y casi no pega, con lo que no funciona demasiado bien como cinta aislante, pero para estas cosas viene muy bien, porque no deja restos en la vela, ni tellevarás un trozo de vela al despegarla. Lo normal habría sido utilizar cinta de carrocero (la que es como de papel que utilizan los pintores)

Aquí podéis ver cómo queda colocada en la vela.
Una vez colocada la plantilla únicamente hay que repasarla con lápiz. Como la cera es blanda, al repasar con lápiz por encima conseguimos que quede el dibujo marcado en la cera, y así tenemos la guía para tallar luego.
Las marcas no se ven demasiado, pero se ven lo suficiente como para utilizarlas sin problema, y no dejarán marcas en la vela, ni manchas ni similares.

Y una vez marcada la vela únicamente queda coger nuestra herramienta recién realizada e ir sacando virutas de cera y haciendo surco hasta que se vea la parte blanca.
Después de hacer cuatro velas me di cuenta de que el sistema es bastante versátil, y se puede ajustar el ancho y la profundidad de los surcos y llegar a hacer unos diseños bastante elaborados.

Aquí podéis ver cómo quedó la primera vela, con los restos de viruta de cera en primer plano.

Como recomendación os diría que cogiéseis velas de más y utilizáseis alguna para practicar. Se puede ver cómo en la misma mariposa hay surcos más elaborados y otros más sucios. Eso es porque fui pillándole el truco a medida que iba tallando, y probablemente a vosotros os pase lo mismo.

Después de un rato largo de copiar plantillas, marcarlas y hacer surcos, aquí tenéis el resultado:


Lo siguiente era poner los números. Había buscado diseños que no ocupasen toda la circunferencia de las velas justamente para dejar hueco en la parte trasera para el número.
Busqué imágenes de números hasta que encontré unos que me gustaron, copié en el papel de horno los que me hacían falta, y los marqué en las velas.

Los números que escogí no son de trazo fino como los diseños del frente, así que la técnica cambia un poco.
Lo que hice fue tallar surco justo en el borde marcado, pero procurando quitar únicamente la cera externa de color. Llegando a la parte blanca, pero nada más.
Una vez tallado todo el perímetro del número, la parte central se puede despegar, incluso llegando a sacar en ocasiones el número entero. De este modo conseguimos que el número tenga la forma que queremos, el interior blanco, y un acabado bastante limpio, ya que no hemos necesitado tallar toda la superficie del número.

El resultado fue este:

Hay que tener especial cuidado con números como el cero, que tienen un hueco dentro que hay que tener cuidado de que no se despegue al quitar la cera del resto de la superficie del número.
En general para evitar estos problemas es mejor utilizar fuentes tipo Stencil, que tengan puentes que unan los huecos con el exterior, como por ejemplo en el caso del nueve (que en este caso no se ha hecho a propósito, si no que forma parte del diseño del número, pero la idea es la misma)

Y con esto ya tenemos unas velas de cumpleaños vistosas, originales, personalizadas y muy chulas.

Y ya para terminar os dejo una última foto. Como ya estábamos con las velas a vueltas y una amiga cumplía años, le preparamos una vela especial con forma de minion (de las películas de Gru, Mi villano favorito)
  

La ropa está hecha con papel adhesivo de colores, con los detalles pintados con rotulador.
La boca está hecha con trozos de cinta aislante de colores.
El ojo es un ojo móvil de los que se pueden encontrar en las tiendas de manualidades.

Para hacer la gafa utilicé un trozo de lata de refresco (la misma lata de la que saqué el trozo para la herramienta de tallar. La doblé a la mitad, para que únicamente se viese la parte plateada, y además para evitar aristas cortantes (muy importante)
La tira metálica resultante la enrrollé alrededor de una pila, que en mi caso me sirvió de molde para la forma redonda, y además era del tamaño adecuado para el ojo.
Con ayuda de unos alicates y un mechero calenté el círculo resultante. No es necesario calentarlo demasiado, ya que la cera se derrite con bastante facilidad, pero tened en cuenta que una chapa tan fina se enfría muy rápido, de modo que si no está bien caliente no podréis colocarla en su sitio con facilidad.
Pues eso, una vez caliente la coloqué en su sitio en la vela. Al fundirse la cera se hunde el metal y queda bien colocado en su sitio. Hacedlo bien a la primera, porque después será bastante difícil moverlo y ajustar.
Utilicé la herramienta de tallar para dejar el hueco interior plano para que el ojo encajase mejor. No fue necesario ningún tipo de pegamento ni nada, simplemente encajarlo en su hueco. Si vuestro ojo queda flojo y no queréis que se caiga, una solución muy fácil es utilizar la propia cera. Derretís un poco de cera en la parte interior de la gafa, y colocáis el ojo mientras aún está caliente, para que se quede pegado.

Por la parte de atrás le pegamos unos números que teníamos por ahí, pero lo cierto es que no sirvieron de mucho, ya que a la cumpleañera le daba pena el bichejo y no quiso prender la mecha de la vela.

Y bueno, con esto ya lo dejo por hoy, que así a lo tonto me ha quedado un post bastante gordo. El siguiente no tardará tanto como este. Y a ver si recupero alguno que tengo por ahí a medias para ir rellenando.

martes, 4 de junio de 2013

Revisión del twister casero

Bueno, antes de nada, permitidme que empiece antes con algo de historia, para poneros en situación y que veais que estas cosas no surgen por arte de magia.

En su momento hicimos un juego del twister casero. La idea es la de siempre, podríamos comprar uno, pero es más divertido e interesante hacerlo tú mismo.
Si sois seguidores del blog, ya os sonará, si no, os dejo aquí el enlace al tutorial para hacer un Twister Casero.

Lo había hecho Luisa con tela como de mantel (de está medio plástica) y papel autoadesivo (vinilo tamaño folio o doble folio)

 Es algo interesante de tener por casa, muy entretenido y además no está limitado al propio juego en sí (esto lo explico luego más en detalle).

En carnavales nos visitaron unos amigos con su niña de tres años. Los invitamos a cenar, y como la niña se aburría Luisa decidió sacar algunas cosas para jugar (como es profe de infantil está bastante bien surtida), y aunque el juego en principio no es adecuado para niños de tres años sí que tiene elementos interesantes para jugar con ellos.

En concreto hicimos juegos del estilo "Ahora hay que ponerse todos en un círculo rojo", "Ahora hay que poner un pie en el verde y otro en el azul" o "Ahora tenemos que ponernos cada uno en un color diferente". Es como un "Simón dice" aprovechando los colores. Fue bastante divertido.

Se corre y salta mucho y se aprenden los colores. La verdad es que la niña se lo pasó pipa (y nosotros también), y nuestros amigos se quedaron con ganas de hacerse uno.

El caso es que esta semana cumplió años la niña, y como aún no le habían hecho el Twister decidimos preparar uno y regalárselo.

Esto es algo que seguro ya he comentado antes, y volveré a comentar ahora porque me parece importante. Cuando hacemos manualidades, por muy bien que nos salgan (que no siempre salen bien), suele haber hueco para mejora, cosas que podrían quedar mejor, procesos que podrían ser más fáciles, ideas que podrían mejorarse. El Twister casero no iba a ser distinto.
Nos dimos cuenta de que los materiales no eran los más adecuados. Eran sin duda materiales fáciles de encontrar y utilizar, pero hacen que se pueda resbalar en el Twister, cosa que no es recomendable, y además no eran nada mullidos, que se agradece cuando estás jugando descalzo.

Además queríamos hacer algo original, al fin y al cabo, un Twister normal lo podrían haber comprado en una tienda, y una de las grandes ventajas de hacer las cosas tú mismo en casa es que las puedes personalizar a tu gusto.
Decidimos que el rectángulo con filas de círculos de colores era muy soso. Siempre me ha parecido que el Twister quedaría más bonito si los círculos estuviesen mezclados.

Vi una imagen (que no he sido capaz de volver a encontrar) donde alguien sustituyó los círculos del Twister por triángulos. La verdad es que me gustó mucho el estilo. Los triángulos quedan mucho más chulos que los círculos, y al tener menos espacio en blanco queda muy colorido. Lo que no me gustaba demasiado es que quedan como dos filas de triángulos, así que me planteé como podía reestructurar los triángulos para que quedasen mejor.
Aquí ya entramos en el interesantísimo mundo de la geometría y las teselaciones. Resulta que los triángulos equiláteros encajan muy bien cuando se ponen en forma de hexágono.

Esto rompe con muchas bases del twister: cuatro colores, cuatro círculos de cada color, cuatro filas y cuatro columnas, y todo eso metido dentro de un cuadrado.

Sin embargo cambiar el cuatro por el seis también implica ciertas ventajas. La primera y más importante es que tenemos seis colores con los que jugar, muy interesante cuando parte de la idea del juguete es familiarizarse con los colores. Para venderlo os podría decir que se aprenden un 50% más de colores con esta versión.
Además es muy original y vistoso, y geométricamente se puede ver la relación entre triángulos y hexágonos, entre triángulos grandes y pequeños y entre hexágonos grandes y pequeños.

Quizás no funcione demasiado bien como juego del twister (no hemos llegado a probarlo), pero como recurso educativo es mucho más interesante que el Twister convencional.


Una vez se nos ha ocurrido la idea loca y hemos decidido llevarla a cabo, entramos en fase de diseño.
Empezamos con un hexágono, lo dividimos en seis triángulos y cada uno de eso triángulos lo dividimos en cuatro. Esto significa que tenemos 24 triángulos, seis colores, cuatro triángulos de cada color.

Es tremendamente simpático, porque se puede ver la forma de la alfombra hexagonal, todos los triángulos pequeños, los triángulos grandes hechos a partir de 4 triángulos pequeños, y varios hexágonos hechos a partir de 6 triángulos pequeños. Además permite distribuir uniformemente los colores, de modo que quedan bien repartidos (en el primer diseño coloqué los colores al azar, y no quedaron especialmente bien repartidos).

Como dije antes, después de hacer estas cosas por primera vez aprendes que hay algunos detalles mejorables. Uno de los puntos que necesitaba mejorar nuestro anterior Twister es que resbalaba. Toda la superficie tenía un acabado liso en el que los calcetines podían resbalar. Para este nuevo Twister decidimos que era mejor buscar materiales que no resbalasen, para evitar problemas.

Los materiales que utilizamos esta vez fueron fieltro de colores para los triángulos (además de no resbalar y ser blandito tiene unos colores muy vivos, y es fácil de recortar y pegar) y la base de espuma.
La espuma de la base la compramos por metro en un bazar chino. Es como goma eva pero lleva una trama de hilos por el interior para darle resistencia.
Lo bueno de esta espuma (parecida a la goma eva) es que es acolchada y no resbala.
Utilicé una casi igual, pero más gorda para hacer un disfraz de Bender, de Futurama.

Con estos nuevos materiales tenemos una alfombra del Twister que no resbala, que es blanda, y que es agradable al tacto (no transmite sensación de frío).

Una vez volvimos de comprar los materiales me puse con el plano. Habíamos comprado un trozo de espuma blanca de más o menos 140 cm (el ancho del rollo) por 150 cm (para hacer más o menos un cuadrado). Preparé un hexágono que aprovechase todo lo que se pudiese esas medidas, y después saqué las medidas de los triángulos.
Una vez listos los planos, y con las medidas ya definidas, nos pusimos a cortar.

Hicimos una plantilla de los triángulos, y recortamos del fieltro cuatro de cada color.
Para hacer la base con forma de hexágono utilicé a modo de compás enorme un bolígrafo atado a un trozo de cordel.

Para colocar los triángulos en su sitio utilizamos un hilo de referencia. Básicamente son tres líneas que unen cada vértice con su opuesto, haciendo un asterisco, y dos triángulos cuyos vértices están en el centro de las caras (pares o impares, por eso son dos triángulos)
Esos hilos nos delimitaron dónde debía ir cada uno de los triángulos de fieltro.

Colocamos todos los triángulos, repartiendo los colores, y ayudados por los hilos de referencia, centrándolos en los huecos y con lápiz marcamos el borde de los mismos en la base.

Para pegarlos utilizamos cola de contacto. Ya he hablado antes de ella, es estupenda porque es fácil de utilizar y además da una unión flexible.
Las instrucciones de la cola dicen que se debe aplicar una capa fina en ambas superficies a pegar (en este caso triángulo de fieltro y base), esperar 5 o 10 minutos a que sequen y ponerlas en contacto.
Mi intención era seguir las instrucciones, pero me encontré con dos problemas.
Por un lado, esperar a que se seque la cola es muy aburrido y hace que se pierda mucho tiempo. Por otro lado, el fieltro se empapa de cola, lo que hace que haya que usar muchísima para cubrir todo el triángulo y que tarde más en secar.
Cuando ya llevaba unos cuantos triángulos decidí saltarme las instrucciones y cambiar de sistema.
Eché cola únicamente en la base, y con la cola aún fresca coloqué los triángulos de fieltro en su lugar.

Ahora los problemas:
No utilicéis un pincel para extender la cola. Después es muy difícil limpiarlo. Es mejor utilizar una espátula (una tarjeta plastificada vieja también serviría).
Aún marcando el borde del triángulo, es muy fácil salirse y que se vea el pegote de cola, o quedarse corto, y ver cómo alguna de las esquinas parece estar despegándose.

Una vez pegados todos los triángulos, quitamos los hilos de referencia y dejamos la alfombra del Twister a ventilar. A pesar de ello, cuando la regalamos áun olía a cola, así que ya sabéis: Lugar bien ventilado y dad un margen antes de utilizar estas cosas, para que le dé tiempo a airearse.

La otra parte del juego son las ruedas, las que te dicen qué extremidad tienes que poner en qué color. Nos interesaba algo más sencillo, únicamente con colores, para que la niña no se liase, y como la alfombra tiene seis colores, un dado es la elección ideal.

Luisa tenía por ahí unos dados de espuma bastante grandes que nos vinieron que ni pintados.
Como tienen las esquinas redondeadas, se puede ver claramente un círculo en cada una de las caras. Cortamos un círculo de fieltro de cada color con el tamaño de la cara del dado, y lo pegamos (también con cola de contacto)

Y con eso ya tenemos terminada la alfombra hexagonal del Twister, y un dado para elegir el color.

Más adelante, cuando además de con los colores quiera jugar con las manos y los pies, ya buscaremos cómo hacer un dado o una rueda para escoger entre extremidades.

Pd. Muchas gracias a la gente que me dejó comentarios en su momento en la entrada del Twister casero. Algunas ideas que me dejásteis ahí me fueron muy útiles, aunque no las haya llevado todas a cabo.

jueves, 18 de abril de 2013

Especiero de Diseño

Bueno, este es un proyecto que quería terminar desde hace ya bastante tiempo, pero que por unas cosas u otras se fue alargando en el tiempo. Pero hoy por fin lo pude dar por finiquitado y ya aprovecho para, como siempre, poner aquí el proceso.

Bueno, primero os pongo en situación. Nuestro piso es muy pequeño. Estamos encantados con él, pero cualquier cosa que nos ayude a ahorrar espacio es bienvenida.
Por otro lado, yo soy el que cocina casi siempre en casa, y las cosas exóticas siempre me han llamado la atención. Esto ha dado lugar a que con el tiempo haya ido aumentando la variedad de especias que utilizo en la cocina, y en cierto momento compré un especiero. Una cosa bastante cutre de madera con dos baldas donde poner los botes de especias.

No estaba mal, pero está pensado para sobresalir poco de la pared, que normalmente es deseable, pero en nuestro caso, como lo teníamos metido dentro de un pequeño mueble que hicimos para la encimera, nos ocupaba todo el fondo, y no podíamos poner nada delante o detrás, porque resultaba incómodo.

Lo que me interesaba era un sistema que me permitiese poner los botes en horizontal, de modo que me ocupasen todo el fondo del mueble y me dejasen espacio para más cosas.

Lo primero fue buscar algo ya hecho. Algún modelo que me gustase, con unos botes chulos. Pero no fui capaz de encontrar nada que me convenciese, así que decidí hacerme yo uno que se ajustase a mis necesidades.

Así que me puse a buscar unos botes que me gustasen y que no me saliesen por un ojo de la cara.
Encontré unos en eBay bastante chulos. Unos cilíndricos, con cierto parecido a tubos de ensayo (pero con el culo plano) y con un tapón de corcho.
Mi intención era poner aquí el enlace, pero los compré en enero, y en este momento el vendedor no tiene absolutamente ningún artículo a la venta.

Bueno, vamos al meollo. Lo primero fue encargar 20 botes (los vendían en paquetes de 10, y con 10 no me llegaban, así que tuvieron que ser 20). Me llegaron en esta caja.

Los botes venían en paquetes de 4 metidos en bolsas de plástico envueltos en plástico de burbujas. Todos llegaron enteros.

Lo primero que hice fue lavarlos. Es imprescindible hacerlo con estas cosas que luego van a contener comida, ya que muchas veces vienen directos de la fábrica, y en alguna de las bolsas llegué a encontrar alguna astilla de cristal.
 Una vez lavados quedan estupendos.

Ahora que ya tenía los botes, lo siguiente era decidir cómo iba a colocarlos. Utilizando el SketchUp hice un par de diseños.
Esto me sirvió para ver qué opciones tenía, cuánto me iba a ocupar, y qué pinta tendría una vez terminado.
Aquí os dejo un par de diseños:


La idea de que estuviesen sujetos únicamente por el culo me gustó mucho. Así se puede ver sin problemas todo el bote y su contenido, y las especias siempre quedan muy bonitas a la vista.

Como tenía madera de sobra decidí probar dos distribuciones diferentes. Una de 4x5 (4 filas de 5 botes cada una, 20 botes en total) y otra de 3x6 (3 filas de 6 botes cada una, 8 botes en total). Como cogí 20 botes, estaba tentado de utilizarlos todos, pero de momento no tengo 20 especias distintas que use habitualmente y si lo hacía más pequeño me quedaba sitio para poner más cosas.

Estas son las tablas con las marcas de dónde van los agujeros para los botes.
4x5, en una tabla de 29x24 cm

y 3x6 en una tabla de 29x19 cm.

Llevamos las tablas a cortar y cantear en el mismo sitio donde las compramos (BricoKing).
Si tenéis herramientas podéis hacerlo en casa. Yo hice una prueba, y llegué a la conclusión de que no me valía la pena. Los cortes no me quedaban bien rectos, y astillaba la superficie naranja al menos en uno de los lados, con lo que no quedaba un acabado demasiado bueno.

Los agujeros sin embargo sí que los hice yo. Me compré una broca específica para ello. Seguramente una broca de corona habría sido mejor elección, pero es bastante más cara, y no creo que vaya a hacer demasiados agujeros de este tipo.
Esta es la broca:

Y este es el taladro que le cogí prestado a mi padre para hacer los agujeros.
 Es súper cómoda, no tienes que hacer fuerza, los agujeros siempre son rectos. Con un taladro normal tambíen serviría, pero si tenéis uno de este estilo, será mucho más fácil.

Como consejo, haced los agujeros en un sitio fácil de limpiar porque suelta mucho polvillo y serrín, y tendréis que barrerlo luego.

Estas son las tablas con los agujeros ya hechos.


Una vez hechos los agujeros probé a colocar algunos tubos, y me encontré con que no todos tienen el mismo diámetro. La diferencia es muy poca, pero es suficiente como para que algunos de los botes entren en un agujero, y otros no, así que busqué uno de los botes más anchos y con un taladro pequeño (tipo Dremel) lijé los agujeros para agrandarlos y darles un mejor acabado.

Después de repasar todos los agujeros ya solo quedó colocar la tabla en el mueble, y colocarle los botes.

Aún no tengo decidido si los prefiero con los tapones de corcho hacia afuera.

 O hacia dentro.

De momento se quedan con los tapones hacia adentro, y así se puede ver bien el contenido de todos los botes.
La verdad es que quedó bastante bien, aunque por supuesto siempre hay cosas que se pueden mejorar.
Por ejemplo, seguramente habría sido buena idea hacer los agujeros un poco más grandes y forrar los bordes con espuma. De ese modo los botes encajarían a pesar de las pequeñas diferencias de tamaño. Me lo plantearé para la siguiente vez.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Disfraz de Finn el Humano (Hora de Aventuras)

Pensaba que ahora que tengo los lunes libres tendría tiempo de sobra para hacer más manualidades e inventos, y que tendría tiempo para sacar fotos y hacer más entradas en el blog, pero la verdad es que hay un montón de cosas que hacer y al final no estoy teniendo tanto tiempo "libre" como esperaba.

Pero sí que dispongo de algo de tiempo, y sí que vamos haciendo más cosillas, y hoy he decidido por fin ponerme con esta entrada y dejarla lista (a cambio de que la ropa se quede sin planchar); Así que aquí os dejo la historia (que no me atrevo a llamar tutorial) de cómo hice el disfraz de Finn el Humano, de la serie Hora de Aventuras.






La serie es tremendamente original con un toque absurdo que me encanta. Es una serie muy recomendable.

Pero aparte de que me guste la serie, y de que el disfraz de Finn sea bastante sencillo, lo que realmente me atraía de hacer este disfraz es que me daba la oportunidad de hacer una espada. Y es más, me daba la oportunidad de hacer una espada de SoftCombat.
Para quién no lo sepa, el SoftCombat es el modo guay de llamar a las peleas con armas acolchadas. Lo interesante del SoftCombat es que está en cierto modo regulado, y es muy fácil obtener pautas de cómo hacer las armas, con qué materiales, y en qué cantidad para que sean completamente seguras. Eso significa que con una espada de SoftCombat puedes pegarte con tus amigos sin miedo a que nadie se haga daño.

Hay un montón de tutoriales muy buenos en la red sobre cómo hacer espadas de SoftCombat, pero yo no quería hacer una espada sin más, yo quería hacer la espada de Finn, de modo que tuve que improvisar un poco.

Lo primero, como siempre, es la documentación. Finn utiliza varias espadas diferentes durante la serie, pero la que yo quería hacer era esta:



Y ahora que ya sabemos cómo es la espada, vamos a ponernos manos a la obra.

Lo primero son los materiales que vamos a necesitar.

La espada está hecha de GomaEspuma. Es lo que se utiliza, por ejemplo, en los rellenos para los cojines de los sofás. Es blando, con lo que no le haremos daño a nadie, pero lo suficientemente compacto para aguantar la forma que le demos.
Yo tuve suerte y me encontré con un rollo en una mercería que tengo al lado de casa.



Era justo lo que buscaba, una espuma gorda para no tener que preocuparme de pegar varias capas para conseguir el grosor que quería.
La cuestión es que escoger gomaespuma gruesa no fue buena idea. Así que como recomendación, a no ser que queráis hacer un martillo, o algún arma grande y contundente por el estilo, es mejor utilizar gomaespuma más fina, y pegar juntas dos capas. Os evitará bastantes problemas a la hora de colocarle el tubo que le dará rigidez, y tendréis más opciones a la hora de cortarla.

El otro material importante para la espada es el tubo. El tubo irá por dentro de la espuma, dándole la rigidez que necesita y proporcionándoos un sitio seguro por donde agarrar la espada.

Yo utilicé un tubo eléctrico de PVC de 16mm de diámetro. Se utilizan en oficinas y naves para llevar los cables por la pared o el techo sin tener que hacer agujeros, cosa bastante interesante en naves y oficinas donde es probable que se cambie la distribución, y sea necesario mover los enchufes y las luces.
Esta es la pinta que tienen colocados en la pared:

Y este es el tubo que compré yo:
  

Los venden en trozos de tres metros, así que con uno tendréis para varias espadas. Son baratos (unos 3 euros por los tres metros) y resistentes, pero lo suficientemente flexibles para no hacer daño a nadie.
Por supuesto no es la única solución, podéis utilizar palos de escoba (aunque tendréis que acolcharlos más, ya que se puede llega a hacer bastante daño con ellos) o varillas de fibra (se utilizan para las cometas y para las tiendas de campaña), teniendo en cuenta que son más finas y tendréis que hacer algo para evitar que atraviesen la espuma y pinchen a alguien.

Una vez tenemos la espuma y el tubo ya podemos ponernos manos a la obra. Para cortar la espuma podemos utilizar un cutter o similar, pero la verdad es que es muchísimo más fácil utilizar una Cortadora de Hilo Caliente. Con la cortadora podéis hacer virguerías con la espuma, y cortar es súper fácil. Eso sí, cuidado con los humos, que no es nada bueno respirarlos. Así que recordad, si utilizáis una cortadora, lugar bien ventilado, y cuidado con no respirar lo que no se debe.

Bueno, pues manos a la obra. Primero, cortamos una tira de espuma suficientemente grande para tallar de ella la espada.


 Como veis, la espuma por si sola no aguanta nada bien la forma, por eso necesitamos que lleve un tubo por dentro para darle rigidez.

Aquí está el trozo de espuma con el tubo incorporado.
 Para meter el tubo en la espuma primero tuve que hacer un agujero. Si fuese un agujero pequeño, podría haber utilizado un cuchillo o algo parecido, pero como había que hacer como un metro de agujero, lo que utilicé fue una varilla de acero. Calenté la punta en un hornillo de gas y atravesé el taco de espuma con ella.
Pero este sistema tiene varios problemas. El primero es que es muy muy difícil hacer que el agujero vaya por el centro del taco desde el principio hasta el final. Es muy fácil desviarse y estropear todo. En mi espada no se nota demasiado, pero en la punta el tubo no está centrado, lo que significa que por uno de los lados casi no tiene acolchado.
Además, para conseguir introducir el tubo hasta el final tuve que echarle aceite para que resbalara, y me tuvieron que echar una mano.
Viéndolo ahora me doy cuenta de que habría sido mucho más fácil y habría quedado mejor si hubiese cogido una espuma más fina y hubiese pegado varias capas, ya que podría haber colocado el tubo antes de pegar, y quedaría fijo, y justo en el centro, y además, con muy poco esfuerzo.
Pero bueno, de todo se aprende. También podría haber cortado el taco de espuma por la mitad.

Bueno, que me lío. Una vez tenemos el taco de espuma con el tubo para darle rigidez, ya podemos coger la sierra y empezar a tallar.
Hay sierras de hilo caliente de mesa que permiten ajustar ángulos y pueden hacer estos trabajos más rápido, con más precisión, y con un acabado mejor. El caso es que son muy aparatosas y no tengo sitio ni uso para una de ellas, así que me apaño con mi sierra de mano, que no me deja un acabado tan limpio, pero para esta espada en concreto hasta es recomendable.

Primero formas generales, y después el detalle:

Una vez tallada, la espada quedó así:
La pinta medio chapucera tiene que ver con mi falta de experiencia. Se coge mano enseguida cortando, y se templa el pulso bastante rápido para que no queden esas ondas que se pueden ver en la mía.

Tenía tubo y espuma de sobra como para deshechar esta y hacer otra (una vez que había visto qué cosas funcionaban y qué cosas no), lo que no tenía era tiempo, así que ni me lo planteé y seguí con esta. La pinté de amarillo con spray (que no es la pintura más adecuada para la espuma, pero sí la más rápida de aplicar y secar) y continué con la empuñadura.

La cruz de la espada la hice también con espuma:

El conjunto quedó de esta guisa:

Llegados a este punto, ya solo quedaba la empuñadura en sí.
Para la empuñadura utilicé goma eva (también llamado foamy, según la zona) y una bola de corcho (porexpán).
Podéis ver parte del proceso en las siguientes fotos:

Esta es la bola de porexpán que utilicé para el final de la empuñadura.
 

 Aquí la cubrimos con goma eva
 Y así es como quedó la empuñadura terminada.

Sí, soy consciente de que está muy cutre, que se le ve la cola térmica por todos lados, de que debería llevar una joya o algo parecido en lugar del círculo rojo... y además el puño es muy grueso, cuesta cogerla... pero bueno, estas cosas son inevitables cuando haces la espada el día antes y la estás terminando a las dos de la madrugada.

Aquí podéis ver cómo quedó la espada terminada:
Creo que la fotografía no le hace justicia.Quedó tremendamente simpática, muy reconocible, y además se le puede pegar a la gente con ella sin miedo a hacerles daño (a alguno le pegué con saña, y ni con esas)

Bueno, mientras yo hacía la espada Luisa se ocupaba de la parte de la costura. En cuestiones de costura mis conocimientos se limitan a coser un botón, y ni siquiera estoy seguro de hacerlo correctamente, de modo que las cuestiones de ropa las suele hacer Luisa, que sí que controla del tema, y le quedan unas cosas súper simpáticas.

En este caso necesitaba que me hiciese la capucha, y después decidió ella que quería hacer la mochila, con la idea de utilizarla más adelante como una mochila más.

Lo primero que hizo fue un dibujo de Finn, para hacerse una idea de cómo tenía que hacer la capucha.


Lo siguiente son los patrones.

Como siempre, el proceso es partir de algo parecido (en este caso los patrones del Poncho de Totoro) e ir modificando hasta conseguir lo que queremos.

Estos son los patrones (en cuanto tenga un rato los pasaré a PDF para que podáis descargarlos e imprimirlos):
 
Y aquí tenéis la capucha terminada:


La mochila es relativamente fácil de hacer, ya que es completamente redonda (con lo que no necesita que nos rompamos mucho la cabeza con los patrones)
La única peculiaridad de la mochila es que es mitad verde claro y mitad verde oscuro, con lo que hay que hacer dos mitades de mochila, cada una de un color.
Las piezas de la parte de fuera se hicieron un poco más largas para que solapasen, y así poder tener ahí la abertura, que se cierra con un botón, igual que en la serie.

Estas son las piezas de la mochila:




Y aquí tenéis la mochila terminada:

Y con esto ya podemos dar por terminado el disfraz. Os dejo aquí para terminar una foto del conjunto: